La crisis destapa la picaresca y muchas veces saca lo peor de cada persona. Entre 2009 y 2014 un 6% de los siniestros fueron un intento de fraude a la aseguradora, lo que supone multiplicar por 3,5 las cifras de 209, según los datos del Barómetro del Fraude en el Seguro de Autos que realiza Linea Directa. El ramo de los seguros de coche se lleva la peor parte, que suma 7 de cada 10 fraudes registrados.

Por su parte, el III Mapa Axa del Fraude habla de un incremento del 1,4% del fraude en su cartera con algo más de 17.500 intentos de estafa con el coche como gran protagonista. Sin embargo, el automóvil ha perdido parte de su atractivo y relevancia. Si en 2013 el porcentaje de fraude en el que intervenía un vehículo era de 68,6% en 2015 éste es del 61,6%.

Lo que ha aumentado en 2015 de forma considerable son los casos de fraude fingiendo daños corporales, que subieron un 15%. El motivo es que las indemnizaciones en estos casos se disparan y son una media de 600 veces más altas que los daños materiales. Ahora mismo sólo el 20% de los siniestros en el seguro (no sólo seguro de coche) son por daños corporales, pero éstos concentran el 63% del dinero total que se intenta defraudar. De media, el fraude corporal busca indemnizaciones de 14.000 euros por los 1.800 del fraude material.

En total, el importe medio de fraude se sitúa en 5.500 euros. 

Tipos de estafas al seguro

Estafas hay de todo tipo, desde las que se le puede ocurrir a cualquier persona cuando ha tenido un golpe culpa suya y no quiere asumirlo hasta otras algo más complejas. En este sentido, Axa distingue tres tipos de fraudes al seguro 

• Fraude ocasional. Es el más habitual entre el ciudadano medio y pasa por aprovechar un siniestro para incluir en el parte daños preexistentes o anteriores. Es decir, si te has golpeado intentas que el seguro te pague un arañazo que tenía el coche de antes. Este tipo de fraude suma el 54% del total, tres puntos porcentuales menos que en 2014.
• Fraude premeditado. En estos casos hay que distinguir entre daños reales y ficticios, es decir, que de verdad existen, que han sido pactados con la otra parte o que se trata de una exageración de lesiones físicas, por ejemplo. Lo que tienen en común es que los daños han sido planificados, no son fortuitos. Este tipo de siniestro suponen el 44% de los casos, dos puntos más que en 2014.
• Fraude organizado. Es el de menor incidencia pero el más peligroso y los casos se han multiplicado por diez en los últimos años, de los 7 registrados en 2013 a los 82 de 2015.

Axa incluso ha documentado ejemplos de intento de estafa al seguro que ha tenido que resolver su equipo de Gestión de Fraude y Recobros, vídeos incluidos. La primera es de un asegurado que declaraba haberse caído de una moto en la que iba como ocupante y recama 7.500 euros. La investigación de la compañía descubre que en realidad es piloto de rallies y que el esguince se debe a precisamente a una salida de vía en un una prueba.

Este vídeo lo demuestra y también sirve para poner de relieve la importancia de estar asegurado en cualquier prueba deportiva, sin importar que sea una carrera, una tanda de entrenamiento o una rodada en circuito.

Otro de los ejemplos es también un clásico. No fijarse y estampar el coche para después reclamar que la culpa no es tuya. En concreto, Axa está asegurando al parking al que el usuario reclama 3.600 euros al asegurar que la puerta de entrada se estropeó y cayó sobre el coche, causándole lesiones. El vídeo deja bien claro lo sucedido.

Estos son sólo dos ejemplos, pero los hay mucho más dramáticos cuando se trata de demostrar lesiones con indemnizaciones superiores, como publican en elespañol.com. Hablamos daños serios como amputaciones y otras lesiones que sí que exigirán pruebas que demuestren que existen y que los estafadores son capaces de autoinfringirse.

Las consecuencias de defraudar

Intentar estafar al seguro tiene sus consecuencias. Si cometes fraude, lo primero que puede pasarte es lo siguiente:

• La rescisión de la póliza. Tu compañía rescindirá la póliza y dejarás de estar asegurado.
• No podrás volver a contratar un seguro o será más caro. Las compañías de seguros pueden cruzar datos de siniestralidad y también de las personas que han incurrido en fraude. El resultado es que tu siguiente seguro de coche será mucho más caro, si es que alguien además del Consorcio de Compensación de Seguros quiere asegurarte.
• Perderás el derecho a la indemnización. Como es lógico, no recibirás un solo euro de indemnización.

Pero más allá de las consecuencias respecto a tu seguro de coche pueden existir consecuencias penales. Hay determinados fraudes que pueden ser considerados delitos de estafa y que conllevan el pago de una multa e incluso pena de cárcel dependiendo del tipo de estafa y su gravedad.

Consecuencias en el precio general del seguro

Las compañías de seguros tienen en cuenta muchas variables para determinar el precio de la póliza, empezando por la siniestralidad. Un aumento general de la siniestralidad en una determinada zona puede traducirse en un incremento del precio del seguro y lo mismo puede ocurrir con los intentos de estafa. Lidiar con el fraude supone un gasto para las aseguradoras y todo eso termina repercutiendo en el cliente. De hecho, según Axa los pagos evitados por casos de fraude y que no fueron repercutidos en el resto de asegurados supusieron un ahorro del 5% en el seguro de Auto.

Por todos estos datos, entre otras cosas, el seguro de coche es más caro en unas zonas que en otras. El último informe de Rastreator identifica las regiones en las que más pagarás por tu póliza de auto.

El informe también identifica cómo ha evolucionado el precio de cada tipo de seguro de coche y, como puede verse en el siguiente gráfico, el Todo Riesgo sin franquicia es el que más ha incrementado su coste para el usuario. Por eso mismo, al contratar es importante valorar si merece la pena o no la franquicia. 

Si no tienes pensado estafar al seguro, pásate por nuestro comparador y te daremos en menos de un minuto el mejor precio para tu seguro de coche.